domingo, 27 de julio de 2008

Rescatadores de la palabra

1 de Agosto de 2007
Año 01, núm. 08
Por José Manuel Ruiz Regil

Quien esté libre de influencias que arroje la primera metáfora
Efraín Huerta

La ciudad es un caldo de promiscuidades, en el que conviven los más sutiles aromas envueltos en las costras del detritus. Sus habitantes husmean cavidades como cerdos tras la trufa que hará sutil su hambruna. Sin embargo, hay espacios donde las sensibilidades se sinapsan en una red de complicidades para engordar su experiencia estética, en una suerte de fluxus numínico, que conecta la primera palabra pronunciada por el hombre -acaso el divino fiat lux- con la última letra del recién nacido en el momento en que usted lee esta línea.
Una de esas matrices propiciadoras de semejante nutrición es el primer piso del Bistrot, en la Col. Roma. Donde cada miércoles sucede el rito de la invocación y de la vocación; de la revelación y de la velación; de la transmutación de la materia cotidiana en sutilezas idiomáticas, espirituales, lingüísticas, conceptuales, sonoras, a veces; y otras viceversa.
El ejercicio de la poesía en voz alta es una práctica tan antigua como urgente. Realidad que impacta las vibraciones del entorno con la más diversa presencia de cuantos han decidido heredar la adámica tarea de nombrar el mundo. Cada miércoles a las nueve de la noche feligreses y oficiantes comulgan a través de la palabra. Ávidos, devotos, carismáticos, solemnes, desfachatados, consumados, iniciados y aspirantes, se dan cita con los oídos prestos y el lienzo de la imaginación dispuesto a representar imágenes inauditas, ajenos delirios, tan íntimos como públicos; a reconocer espacios interiores, mitos, ensoñaciones, viejos reclamos tamizados por el ojo del misterio.
Por la mesa histórica de esa alquimia han compartido ya sus dones voces de profética sonoridad como la de Max Rojas, Roberto López Moreno, Enrique González Rojas, Iliana Godoy, Adriana Tafoya, Oscar de Pablo, Mario Dux, Ruin Andrade, Eloy Castañeda, Edel Juárez, María Cruz, Gema Santamaría, a los que se siguen sumando desde hace más de un año una gran diversidad de estilos, escuelas, corrientes, influencias y legítimas preocupaciones. Todo este esfuerzo apoyado por el entusiasmo y el trabajo constante de los poetas Andrés Cisneros y Adriana Tafoya, editores de la revista Verso Destierro, quienes convocan y propician este aquelarre palabrero.

También en la Roma, en un contexto más cercano a la fiesta y al desgarbo, así como en franca provocación a la academia, los herederos del Spoken poetry nacido en N.Y. convocan cada primer viernes de mes (como fiesta de guardar, pero a la inversa) a rapear, rimar, ripear, hip hopear, improvisar y decir; a compartir las íntimas frivolidades, las preocupaciones existenciales, los collages sociales (según el código postal que a cada uno le toca), al único precio de pararse en el estrado, coger el micrófono y abrirse las entrañas. Ah, y una cooperación equivalente al precio de una chela, para reunir entre los asistentes, el premio que se llevará quien agrade los oídos y la vista de los jueces, que a veces califican con malicia ininteligible.
Nada más distante de las aburridas y solemnes presentaciones de libros o lecturas de paño verde; nada más vivo que un poema escrito en las rodillas por un MC (master of ceremony) y que nace al ritmo de rap o de un duelo de versos entre dos participantes que se acaban de conocer. Comunidad emergente que recibe con los versos abiertos a todo el que muestre su credencial de “poeta”. Algunos personajes que se pueden encontrar en el Red Fly de Orizaba 145 son MC León, Mónica González, Kira, Logan Phillips, Fausto Alzati, Oscar de Pablo y su servilleta. En un esfuerzo realizado por Totchtli Productions, Cara Cummings e Imuris Valle. Calendario de slams en D.F. y Cuernavaca www.slammexico.com